ARTICULO DEL VIAJE A ESPAÑA DEL GRUPO ACME. CAP. 2

El sábado por la mañana nos pusimos en pié a las ocho. Stefano y yo compartíamos ha habitación y nos organizamos por turnos para la ducha. También en cuanto a criterio para la regulación del aire acondicionado no estábamos muy distanciados, así que las negociaciones estuvieron siempre muy cercanas.

Reunido el grupo con la llegada de Giaccomo, Elisa, José y su esposa Eva ya no quedaba mas que afrontar el breve trayecto hasta el aeródromo, un viajecito de apenas 20 minutos. Decidimos instalar nuestros utensilios al otro lado del enorme campo, donde lanzamos el pasado año. Pero antes había que hacer la parada en el pequeño restaurante del aeroclub, concurrido por los personajes característicos, algunos de los cuales habíamos conocido el pasado año. Nos paramos solo unos pocos minutos y decidimos ir al campo a posicionar todos nuestros equipos.

Montamos nuestro toldo, la rampa de José y su centralita de control. En un cierto momento, José me consignó la tabla para el registro de los lanzamientos, el resultado lo podéis ver en su web, en el artículo sobre la jornada. Estoy muy contento de poder comprobar que no obstante mi caligrafía un tanto caótica, los datos han sido correctamente interpretados.

Stefano iniciaba el baile con su Aspire, un modelito extraordinariamente ligero y aerodinámico. Dotado de un motor D12-5, tan solo para ensayar las condiciones meteorológicas (fácil, mucho calor y ausencia de viento) el modelo subió a unos 600 metros. Dotado de una banderola que se ha arrancado, el aterrizaje fue veloz, no recuerdo a que distancia, aunque bastante cercana. A partir de aquel momento estuve muy implicado en todo aquello que incumbía con todos los muchachos a rellenar mi tabla. Esto presuponía un ir y venir desde nuestra posición a las rampas, donde entrevistaba a las personas que se preparaban para lanzar su modelo.
Fui  varias veces LCO, en alternancia con EVA, también ella muy preparada y seria. La centralita del grupo español, trabajó perfectamente, alimentada por la batería del coche de José. Este hecho era para nosotros muy importante, con vistas al lanzamiento del nuevo modelo de Giaccomo que nos había preocupado mucho y para el que nos habíamos preparado con mucha anticipación.

Debo recordar los lanzamientos de dos jovencísimos, Annia y Genís, Parareda, (espero haberlo escrito bien) dos hermanos que llegaban con su respectivo turno. Buenos y disciplinados, obtuvieron sus satisfacciones, están en la tabla final.

Llegaba el turno de Giaccomo Bosso, nuestro héroe tenía listo su modelo "Carbonix" completamente revestido con fibra de Carbono, visto por algunas zonas. El modelo era dotado por vez primera en nuestro grupo de un H148R, un nuevo tipo de formulación de combustible, símil al Blue Thunder, dotado de la característica de producir una llama rojiza muy vivaz. Este modelo era fruto de notables estudios por parte de Giaccomo y dotado de un altímetro que luego serviría para un lanzamiento muy importante, de forma que para Giaccomo era una especie de prueba de fiabilidad de todo el equipo de abordo. Por tanto se había preocupado de hacer seguir el deploy al motor. El sistema de paracaídas era tecnológicamente avanzado y consistía en un RocketMan protegido con una bolsa de Nomex y paracaídas extractor. Algo similar a lo que se puede ver en los vuelos espaciales del Apollo, para entendernos. Imaginad el momento del despliegue con un pequeño paracaídas que sirve para extraer la bolsa de Nomex que contiene el paracaídas principal y que viene expulsado por la desaceleración del Pilot. Nada puede dejarse al albur y toda la operación de plegado y de inserción del conjunto como carga útil, es delicada.
El lanzamiento fue entusiasmante y por primera vez asistimos a la llamarada roja del motor, un auténtico espectáculo. Notable altura, digamos que medio kilómetro a ojo, aunque Giaccomo me decía que Rocksim había previsto unos 600 metros. Una vez recuperado, no obstante el altímetro indicaba con sus bip - bip, tan sólo 207 metros. Stefano rápidamente estudió el caso, llegando a la conclusión que en la zona crítica donde se hallaba el altímetro, quedaba sujeta a variaciones repentinas de presión, encontrándose casi en la base de la ogiva. Algo que iba absolutamente clarificado, antes de nuestro lanzamiento más importante.

Vimos los clásicos Optima, Arreaux, Arcas, Astrobee. Pero a partir de un cierto momento se empezaron a ver los calibres más grandes. José sacaba después de un largo trabajo de preparación, su famoso Corvan, dotado de un motor H97. Para este momento el movimiento de cámaras y de filmadoras fue notable y podemos decir que fue el lanzamiento final, puesto que el viento empezaba a levantarse. Pero otras personas osaron desafiar las condiciones meteorológicas y después de un par de modelos felizmente recuperados, Stefano decidía lanzar su Aspire con un motor E9 para experimentar las grandes altitudes. Decidía así de NO dotarlo de paracaídas porque probablemente el viento lo hubiera podido hacer llegar a Portugal. Stefano fue muy sagaz porque el modelo propulsado por 30 Newtons y por el fuerte viento, desaparecía de la vista de todos los presentes casi a la mitad de su trayectoria de caída. Desaparecía casi a dos Km hacia el Sur y Stefano indicaba un grupo de árboles y casas, después de una vaguada.

¿Qué hacer? El fuerte viento impedía otros lanzamientos y la hora de la cena estaba aun muy lejana. Sí que nos pusimos en camino, olvidando perezas y brújula. Vagamos por el desierto en la dirección indicada, desplegándonos en abanico con la esperanza de volver con el afilado y aerodinámico modelo. Algunos de nosotros, manifestamos la voluntad de ser dejados atrás, moribundos sobre la arena para no obstaculizar la misión. Me ofrecí varias veces a dar el tiro de gracia pero parece ser que no era necesario, En lo alto revoloteaban los cóndores. Pero vimos llegar sigilosamente a Gerald con su coche que se unía a la expedición. Después de casi una hora de búsqueda, Stefano declaró oficialmente perdido el modelo y nos reagrupamos. Poquísimos los muertos y aceptable el número de desaparecidos, comenzamos la marcha de regreso. El Aspire de Stefano, sería el único modelo no devuelto a casa.

No era muy tarde, cuando menos para los cánones españoles. Así que después de haber desmontado todo, descubrimos que teníamos tiempo para ir a la ciudad y visitar el célebre centro comercial. ¡Muchachos! Entiendo por muchachos a Tommaso y Vyger, ¡Repetimos la visita del pasado año! De nuevo en el parking y de nuevo en el centro comercial, en medio de la muchedumbre leridana. ¿Podía faltar la visita al centro de calzado? No señor, también estuvimos allí.

Por suerte a las nueve cerraban y solo fue una media hora más de cola ante la caja para pagar, tras lo cual retomábamos el camino hacia el Hotel, donde siendo generosos, tuvimos 15 minutos para una ducha para reencontrarnos de nuevo abajo para ir a un restaurante fuera de la ciudad. La velada era agradable en un clima seco y fresquísima, sólo 26 grados.

Cena tranquilísima, clima cordial, y poca hambre, dado que habíamos comido entre las 4 y las 6 de la tarde y la cerveza agradabilísima, tanto que la he probado hasta yo. Fue fácil alcanzar la una y cuarto y a la cama. Stefano preparó el despertador a las ocho menos cuarto, pero sabía que no me serviría. Stefano ronca poco pero aunque lo hiciera no me molestaría. Yo no se si lo hago en mis cuartos de hora de sueño, preguntádselo a él.

La jornada al día siguiente era muy importante para nosotros. Hablaremos de Giaccomo, esto mañana.

Ciao,

Cristiano C.